Santo Cura de Ars
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lunes, 15 de agosto de 2011
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Vidas de Santidad
Su verdadero nombre fue Juan Bautista María Vianney y nació en Dardilly en las cercanías de Lyon (Francia) el 8 de mayo de 1786.
A los 17 años Juan Vianey concibe el deseo de ser sacerdote, su padre pone algunos obstáculos, que por fin son vencidos y el joven inicia sus estudios en el Seminario Verrieres y después en el Seminario Mayor de Lyon
Todos sus superiores reconocen la admirable conducta del seminarista, pero..., falto de los necesarios conocimientos del latín, no saca ningún provecho de los estudios y, por fin, es despedido del seminario. Intenta entrar en los hermanos de las Escuelas Cristianas, sin lograrlo. La cosa parecía ya no tener solución ninguna cuando, de nuevo, se cruza en su camino un cura excepcional: el padre Balley, que había dirigido sus primeros estudios. Él se presta a continuar preparándole, y consigue del vicario general, después de un par de años de estudios, su admisión a la Tercera Orden Franciscana.
Durante tres años, de 1815 a 1818, continuará repasando la teología junto al padre Balley, en Ecully, con la consideración de coadjutor suyo. Muerto el padre Balley, y terminados sus estudios, el arzobispado de Lyón le encarga de un minúsculo pueblecillo, a treinta y cinco kilómetros al norte de la capital, llamado Ars.
El pueblecito de Ars tenía en ese entonces unas 40 casas y su iglesia estaba extremadamente dañada y de igual condición estaba la rectoría; pero el santo, con una activa predicación, con la mortificación, la oración y la caridad, la gobernó, y promovió de un modo admirable su adelanto espiritual.
Vianey estaba dotado de unas cualidades extraordinarias como confesor, lo cual hacía que los fieles acudiesen a él de todas partes, para escuchar sus santos consejos.
Dios bendecía manifiestamente su actividad. El que a duras penas había hecho sus estudios, se desenvolvía con maravillosa firmeza en el púlpito, sin tiempo para prepararse, y resolvía delicadísimos problemas de conciencia en el confesionario.
Dios bendecía manifiestamente su actividad. El que a duras penas había hecho sus estudios, se desenvolvía con maravillosa firmeza en el púlpito, sin tiempo para prepararse, y resolvía delicadísimos problemas de conciencia en el confesionario.
En el invierno de 1824, el Cura de Ars empezó a sufrir asedio por parte del demonio. Ruidos horribles y gritos estrepitosos se oían fuera de la puerta del presbíterio.
El propósito de todo esto era el de no dejar dormir al Santo Cura para que se cansara y no pudiese estar horas en el confesionario, donde le arrancaba muchas almas de sus garras.
El viernes 29 de Julio, fue el último en el que apareció en la iglesia. Esa mañana entró en el confesionario como a la 1:00 a.m. Pero después de haberse desmayado en varias ocasiones, le pidieron que descansara. A la 11:00 dio catecismo por última vez. En la noche del 3 de Agosto llegó su obispo. El santo lo reconoció pero no pudo decir palabra alguna. Hacia la medianoche el fin era inminente. A las 2:00 a.m. del Sábado 4 de Agosto de 1859, cuando una tormenta azotaba el pueblo de Ars, el Obispo M.Monnin leía estas palabras: "Que los santos ángeles de Dios vengan a su encuentro y lo conduzcan a la Jerusalén celestial", el Cura de Ars encomendó su alma a Dios.
G.O. RCC "Luz de Cristo"
Sábados de 4-7pm
Parroquia Virgen de la Medalla Milagrosa
Trujillo - Perú
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