De la mano de la Virgen del Carmen (Fiesta: 16 de julio)
El Escapulario que la Virgen entregó al superior general de la orden del Carmen, San Simón, el 16 de Julio de 1251, es una señal de privilegio y signo de salvación y protección de la Virgen al Consagrarse a Ella. La Madre de Dios le prometió al Santo que “quien muera revestido con este será preservado del fuego eterno”. El privilegio consiste en que a los que lleven siempre, hasta la muerte, el santo escapulario, la Virgen les concederá una gracia especial: Los librará del Purgatorio lo antes posible, a más tardar el primer sábado después de su muerte.
Son condiciones para recibir estas gracias: Luchar para vivir siempre en gracia y llevarlo siempre, no sacárselo nunca.
Por el uso del escapulario se conceden indulgencias plenarias en el día que se impone el escapulario y cuando se ingresa en la orden o en la Cofradía del Carmen, en la fiesta principal de la Virgen del Carmen, de San Simón Stock (16 de Mayo) y de los santos carmelitas: Teresa de Ávila (15 de octubre), Teresita de Lisieux (1 de octubre), San Juan de la Cruz (14 de Diciembre), etc.
Las indulgencias parciales se obtienen por usar piadosamente el escapulario; por besarlo y por cualquier otro acto de afecto y devoción.
El escapulario puede ser impuesto a los niños sin uso de razón, para que les sirva de protección. También a los moribundo, aunque sean pecadores empedernidos.
¿Puede darse el escapulario a quien no es católico?
Sí. El escapulario es signo de la Maternidad Espiritual de María y debemos recordar que ella es madre de todos. Muchos milagros de conversión se han realizado en favor de buen no-católicos que se han decidido a practicar la devoción al escapulario.
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